Registra tus ingresos mensuales.
Incluye salarios, ingresos adicionales, rentas o cualquier otra fuente de ingresos regular. Es crucial tener una estimación realista y precisa de tus flujos.
Distribuye tus gastos en categorías.
Considera vivienda, transporte, alimentos, deudas, entretenimiento, etc. Revisa tu estado de cuenta y recibos para registrar tus gastos mensuales, lo que te ayudará, también, a identificar gastos innecesarios.
Define metas financieras a corto, mediano y largo plazo.
Pueden ser pagar deudas, ahorrar para un viaje, comprar una casa, invertir en educación, entre otros. Tener metas claras te dará motivación para seguir el presupuesto.
Apóyate de una hoja de cálculo o una aplicación de presupuesto.
Será útil utilizar herramientas para asignar montos a cada categoría de gasto según tus ingresos y metas. Asegúrate de destinar una cantidad para imprevistos o emergencias. Descarga el adjunto.
Revisa tu presupuesto periódicamente.
Al menos cada dos meses, analiza tus gastos y tus ingresos. Si es necesario, ajusta tus montos asignados para adaptarte a cambios dependiendo de tu contexto financiero.